La incierta integración comercial de Sudamérica.

La integración de América Latina a todo nivel siempre ha estado en el imaginario colectivo de la región, apoyada en menor o mayor medida por las distintas corrientes políticas que gobiernan.

Por Celsa

Aunque se han propuesto miles de iniciativas para fomentarla, aún queda un largo camino. En materia comercial, América del Sur se ha caracterizado por dos ejes de intercambio, uno de ellos, la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el otro, el Mercado Común del Sur (Mercosur). El primero, está conformado por Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia; mientras el segundo posee a Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela, aunque este último se encuentre suspendido desde 2017. Una integración a medias El Banco Interamericano de Desarrollo ya advirtió la realidad de América Latina: el comercio intrarregional solo representa el 14% del total de todos los países de la región. De hecho, esto se puede evidenciar con el comportamiento para 2021 de la actividad de estos bloques económicos y su relación comercial. Comenzando por la Comunidad Andina de Naciones, este bloque logró el año pasado un registro de US$6.676 millones en exportaciones al Mercosur; una cifra que creció 34,3% frente al 2020, cuando sumó US$4.972 millones. Pero, a pesar del repunte, el bloque vecino solo representó el 4,9% de la participación del total de las ventas externas andinas. Es decir, ocupó el séptimo puesto. Tres casillas más arriba, en la cuarta posición, aparece la propia CAN, con US$8.667 millones en exportaciones, un repunte del 32,2% frente a la actividad del año 2020. Con este reporte, se registra un alto volumen de ventas externas entre los miembros andinos, pero que no se extiende más allá de sus fronteras sudamericanas. En cuanto a las importaciones, el panorama cambia ligeramente, ya que el Mercosur es el cuarto destino al que más le compran los países andinos. De hecho, las importaciones crecieron 54,4% el año pasado, pasando de US$10.227 millones a US$15.795 millones. Representó el 6,1% de la participación total. Por otro lado, desde el portal de estadísticas del Mercosur clasifican que las exportaciones a la CAN sumaron US$13.515 millones, siendo la cuarta región a la cual se le vende, representando el 8% de la participación total. Entre tanto, las importaciones sumaron desde la comunidad andina sumaron US$6.663 millones y se ubicaron como la cuarta región a la que más se le compra, con un pequeño 5% de participación total. Ahora, con el viraje a la izquierda de la región, los jefes de Estado han planteado nuevamente la idea de una mayor integración. Desde Alberto Fernández, presidente de Argentina, pasando por el mandatario colombiano Gustavo Petro, que lo maneja como bandera del comercio exterior; así como el presidente de Bolivia, Luis Arce, y el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. De hecho, estos últimos personajes protagonizaron la más reciente apuesta por la integración. Según se conoció en septiembre, da Silva se comprometió con Arce para “acelerar” el ingreso de Bolivia en el Mercosur, que inició hace diez años y aún le resta la aprobación del Congreso de Brasil. Celso Amorim, excanciller brasilero, se refirió a esta adhesión como clave, ya que Bolivia es considerada “una bisagra” entre los dos mecanismos de integración comercial, a los cuales podría repotenciar, ahora que el gas y el litio, productos bolivianos, se revalorizan por el contexto global.